El primero te lo regalan, todos los demás son tu responsabilidad.
¿Cómo se ha llegado a esto? Esto no es nuevo, viene de atrás, siempre ha existido. Algo te decía en tu interior que las cosas no iban bien, y ahora te dicen que de nada sirve ya esa realidad estampada en los caminos cotidianos. Sientes que tú también tienes que hacer algo, mover esa fe a las cosas que importan. Decidir no aceptar, asimilar sólo lo que quieras creerte. Te venden una casa, un televisor, un coche y una lavadora. Meros folletos que miramos, deseamos, compramos y disfrutamos; algo que se ha convertido en un acto reflejo, esas cosas que, al cabo del tiempo, quedan olvidadas en un rincón. ¿Somos insensibles? no, no lo somos, pero es otra la pregunta que debemos formularnos. ¿Hemos comprado porque realmente lo necesitábamos, o porque comprar, como tantas otras cosas, se ha convertido en un vicio?
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Si durante tu vida te sintieras capaz de escoger otro cuerpo, quizá otra mente, otro corazón; otra manera de ver, de sentir a las personas quizá podrías entender mejor y más rápido lo que quiero decir. Hablo de desarrollar un espejo para poder observar a las otras personas, y como no, a nosotros mismos. Hay momentos envueltos en dudas, confusión, donde estudias tus propias palabras y reacciones. Momentos que quizá no sabemos ver ni apreciar pero que existen, que hacen que te emociones. Momentos así, que consiguen que la vida sea más cercana, más llena de sensaciones, todas ellas envueltas entre un amalgama de inquietudes y curiosidad.
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El mundo que nos rodea se transforma muchas veces en un mundo que odiamos, que nos indigna, un esquema que se sale de lo establecido por el que protestamos, un mundo que muchas veces no queremos. Esas protestas se suceden, el miedo a destapar la cortina va creciendo, se teje lentamente frente a nuestros ojos y boca, y nos dicen que callemos, que sigamos, que no nos inmutemos. A pesar de todo, la indignación es humana, y yo, soy humano.
A mediados de los 40, fue posible copiar sonido en un soporte magnético, de reducidas dimensiones, la cinta de cassette había nacido. Ese momento marca un punto de inflexión, es posible realizar copias rápidas de audio. No fue hasta más tarde cuando esos grabadores estuvieron al alcance de muchos.
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Sí, lo confieso, yo torturé durante una época a las moscas, lo primero mis disculpas a la sociedad protectora de animales pero quien esté libre de pecado que lance la primera mosca. El caso es que la mayoría de las personas ha matado en alguna ocasión a ese insecto molesto, sin miramientos, directos a su yugular, como auténticos psicópatas, debería haber fotos de esos momentos, mezcla de Hannibal Lecter con Jack el Destripador.
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